El síndrome de Down ocurre al azar y no se
puede prevenir. Se da cuando se crea una copia extra del cromosoma 21 en el
momento de la concepción. Este cromosoma extra se asocia con retrasos en el
desarrollo mental y físico del niño, así como con un mayor riesgo de problemas
de salud.
Los rasgos físicos
y los problemas médicos asociados al síndrome varían de un niño a otro.
Mientras que algunos necesitan constante atención médica, otros llevan vidas
más sanas.
Durante la primera
infancia, los niños Down pueden presentar retrasos en la adquisición del habla
y de las habilidades básicas para cuidar de sí mismos, como comer, vestirse y
usar el baño. El deterioro cognitivo en la mayoría suele ir de leve a moderado.
Cuándo consultar al médico
Los niños con
síndrome de Down suelen recibir el diagnóstico antes del nacimiento o al nacer.
Si a su hijo ya le han diagnosticado, es posible que, al recibir la noticia,
usted experimente sentimientos de frustración o tristeza y miedo a lo que pueda
venir.
Hablar con otros
padres de niños con síndrome de Down lo puede ayudar a superar esos miedos.
Usted puede adquirir una nueva perspectiva al pertenecer a grupos de ayuda. En
tanto, su niño se beneficiará de participar en programas de intervención precoz
lo antes posible, así como de las terapias que son indispensables para
potenciar su desarrollo físico y mental.
Los niños Down
pueden desarrollar diferentes habilidades y destacar en áreas de su interés;
solo necesita apoyo y constancia. La clave para ayudar y educar a estos niños
es que los tratemos igual que al resto de personas; eso, los motivará a
aprender a valerse por sí mismos.
Fuente: Mayo Clinic